Mientras él se duchaba ella escribía una nota:" Gracias por el fin de semana. Creo que te debo algo más que un masaje", la guardó en el fondo de su maleta, esperando arrancarle una sonrisa al deshacer el equipaje.
Se despidieron a medias entre el deseo y el miedo de volver a verse, convencidos de que aquella magia no duraría eternamente.
Cuando ella llegó a casa y deshizo su equipaje encontró otra nota junto a una botellita de aceite. "Gracias por este fin de semana. Guarda esto hasta la próxima vez que nos veamos".
Después de todo... La magia eternamente será magia.
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3 comentarios:
¡Qué bonito! Entran ganas de una segunda parte.
Qué encanto encontrarse por estos mundos a gente como tú.
Un saludo
Leyendo estas cosas me entran ganas de ser otro.
Suerte, Lola; hazte amiga suya ahora que está de tu parte (la suerte).
Gracias por vuestros halagos chic@s, con gente como vosotros si que se anima una a seguir haciendo de este rinconcito un rinconcito mas grande.
mil besos
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