Y ya no quiero tus besos porque sé dónde me llevan. Ya conozco cada rincón de ese espacio inalterable al que llamas Deseo y no es más que un espejismo. ¿Acaso crees que soy tan inocente como para dejarme llevar?¿acaso crees que no sé quien eres?. Eres Tú y Todos, como todos.
Un día (no sé cuando pues aún no poseo el don de la clarividencia) me dejaré liar e iré, para comprobar que todo sigue como siempre, que no vino nadie a terminar de pintar el camino que se acaba donde siempre se acabó y siempre acabará. Iré con el Tu de turno que querrá enseñarme el mismo deseo que me vendes, el mismo que vendo yo.
Exactamente el mismo que vendo yo. Más de lo mismo.
martes, 3 de junio de 2008
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