Creí que no te encontraría, pero te encontré. Ya sólo necesitabamos una Isla donde colgar nuestros nombres.
Creímos no encontrarla, pero la encontramos. Ya sólo necesitabamos mudarnos.
Aun estamos aquí, suspendidos entre el cielo y el mar, incapaces de decidir si volar o llegar nadando.
Y ahora que estoy preparada para dejarme llevar por el azul de tus ojos. Ahora me dices q vas a dejarte llevar por el viento.
Creí que no te encontraría, pero te encontré. Aunque entonces tus ojos no eran tan azules
martes, 3 de junio de 2008
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