A la mayoría de la gente q conozco les pasa. Pierden la inocencia. Y eso se refleja en cómo caminan, cómo hablan, cómo ven el mundo (el suyo y el de los demás). Creen que perder la inocencia es un paso importantísimo y necesario en el camino hacia la madurez y, por supuesto, hacia la sotisficación. Porque, claro, ser inocente es dejarse engañar y el mundo está lleno de Lobos dispuestos a hacerse pasar por Abuelitas y, en esta sociedad, es mejor ser Lobo que Caperucita y, no digamos, muchísimo mejor que ser Abuelita.
La inocencia a menudo se confunde con otras cosas, por supuesto malas.
Para mi se traduce en la falta de prejuicios, la ausencia total de picardía, la confianza per se.
No son ganas de chocarme contra la pared, es que no veo la pared hasta que me choco.
Así estoy, llena de chichones, con la inocencia intacta
martes, 3 de junio de 2008
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