Los caminos que no llevan a niguna parte, que giran sin q te des cuenta y te conducen al punto de partida, los que cambian según la estación del año o según la hora del día creando ilusiones de otros caminos, que te hacen pensar que avanzas, son caminos hermosos de recorrer.
A veces no importa dónde vamos o con quién vamos, sólo importa lo que nos rodea y nosotros mismos que, al final, somos lo único que tenemos seguro (y a veces ni eso) mientras caminamos.
Tranquilidad de senda recorrida mil veces
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario