martes, 3 de junio de 2008

Torrecita con candil (2/5/08)

Orgulloso faro, tú, plantado en mitad del mar. Contigo no pueden las olas ni los vientos. Crees que porque estuviste antes que yo estarás despues de mi. Crees que porque alumbras algún camino y acompañas a los navegantes eres mas importante que yo. Crees que te envidio.

Nunca me sentí faro. No aspiro a alumbrar noches ni caminos. Dudo de mi felicidad en tales ciscunstancias. Me asustan las tormentas y la soledad. A veces me siento un vaso de agua en el que cayó una gotita negra de tinta y pierdo el día intentando aclararme. ¿Cómo podría yo ser luz de alguien?.

No te tengo envidia, farito, porque de cerca no eres tan blanco ni tal alto, porque la cerradura de tu puerta la oxidó el mar y ya no abre y el farero hace años que no pasa a visitarte, porque las piedras que te rodean son demasiado viejas y siempre cuentan las misma historias, porque un día te vas a quedar sin luz y entonces ya ni siquiera se te verá de noche.

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