Toda la arena de mi playa entre sus dedos. Todo el azul del cielo entre su pecho y su espalda.
Todas las olas del mar en su boca y todo el sol de mayo en sus ojos.
Así es el Pincipe del Mar, con un vaiven de sonrisas y miradas, con un abrazo eterno de espuma y sal. Incesante, imparable, infinito y eterno.
El Principe llega a mi casa cada mañana y me dice que me quiere y después deja que se bañen en él todos mis sueños.
miércoles, 16 de julio de 2008
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2 comentarios:
A pesar de pequeñitos, tus texos son muy bonitos. ¡Y qué historia hacemos si se juntan!
Un saludo =)
sólo la magia de tus palabras le dan sentido al color del mar.
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