viernes, 17 de octubre de 2008

Estancia

Si al llegar me hubiese quedado ciega no lo habría notado. Podría caminar tus plazas y reconocer tus árboles y el olor de cada esquina. Aquí, dentro de tí, es donde tengo todo lo que soy.
Los mejores abrazos del mundo están aqui.

1 comentario:

Perdido en mi laberinto dijo...

Calles llenas de pasos, de murmullos variados de gentes diversas de aquí, de allá e incluso de algo más lejos.

Avenidas pobladas por cientos de sonidos callados, adornadas de fachadas sorprendentes, tocadas algunas por la mano de algún GENIO.

Plazas grandes, pequeñas, adornadas unas, abandonadas otras, pero todas con su gracia, con su encanto, con sus colores, figuras y olores.

Así es esa ciudad, un tumulto latente de vida, de historia, de ideas y sabores, bañado todo ello por la cercanía de un mar.

Así es esa ciudad, una espiral que te envuelve, como un leve tornado, como un abrazo calido y suave.

No me extraña que te guste, disfruta de ella también por mí.

Un besazo.

P.d.: A veces no son imágenes las que aparecen en mi espejo, tan sólo palabras que surgen en el silencio de una noche aburrida.